La conmemoración del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer nos interpela a agudizar la mirada sobre la violencia de género en los diversos contextos sociales, agravados por la emergencia socio-sanitaria causada por el Covid-19, y reorganizar agendas, recursos y estrategias para avanzar con los cambios culturales necesarios para la construcción de una vida libre de violencias para las mujeres.
El escenario actual suma otra arista a esta ya compleja problemática, las disposiciones para afrontar la pandemia transformaron las relaciones de convivencia, haciendo que muchas personas se vieran obligadas a transitar el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) con su potencial agresor y separadas de sus redes, obstaculizando el pedido de ayuda.
Hasta el 31 de octubre de este año se registraron 255 femicidios en todo el país, 174 ocurrieron durante la pandemia; de esos 255, 44 mujeres habían realizado al menos una denuncia y 16 tenían medidas judiciales. Durante el mismo período, en la Provincia de Córdoba 10 mujeres fueron asesinadas por su condición de género, 7 de ellas una vez declarada la emergencia sanitaria. Durante la cuarentena, aumentaron un 400% las llamadas al 0800 del Polo de la Mujer por consultas, pedidos de asistencia o para efectuar denuncias.
La violencia de género es un problema social y cultural, que demanda reconocer las bases, los sentidos y las ideas sobre las que se asienta. El sostenimiento de prácticas sociales y culturales que reproducen las desigualdades de género ofrecen un contexto por excelencia para las violencias que viven las mujeres. Por ello urge profundizar en las respuestas de ayuda y asistencia, desde todos los ámbitos, para llegar a las mujeres y niñas en riesgo, así como el diseño y despliegue de estrategias de prevención que permitan problematizar los sentidos que mantienen y reproducen esos mandatos sociales.
LAS MUJERES TIENEN DERECHO A UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIAS