La
pandemia del COVID-19 no es solo un problema sanitario sino que ha impactado en
forma inesperada y extraordinaria en nuestra sociedad y economía. Frente a ello
son enormes los esfuerzos y contribuciones que las mujeres llevan adelante para
hacer frente a esta crisis, tanto en la salud desde la primera línea y en todos
los espacios de gestión, investigación, decisión y planificación, así como
aquellas que asumieron el rol de cuidadoras, en el hogar, centros de salud y en las comunidades.
Asimismo
las mujeres docentes que desarrollan tareas en los distintos ámbitos educativos
adecuando modalidades y estrategias de aprendizaje, y aquellas líderes de
espacios y organizaciones, que aportan para resolver las consecuencias sociales
de esta grave situación. Y muchas más, que desde una posición silenciosa y/o
invisible contribuyen diariamente a mitigar los efectos negativos de esta
vivencia mundial.
Pero,
al mismo tiempo, la crisis del COVID-19 ha impactado en forma desproporcionada
en la vida de niñas y mujeres con la sobrecarga en roles de cuidado, el
agravamiento exponencial de la violencia de género y las limitaciones en el
acceso a oportunidades y toma de decisiones, así como la afectación de la vida
en aquellas en situaciones vulnerables.
Ante
ello, los organismos de derechos humanos, hacemos hincapié e insistimos en:
-Implementar acciones y políticas que
contemplen las distintas necesidades, condiciones y roles que tienen las
mujeres en las comunidades para responder, de manera diferenciada, a sus
diversas realidades.
-Desarrollar
medidas que mitiguen el impacto de la pandemia en las trabajadoras informales,
domésticas, efectoras de la salud, de cuidado, migrantes y de los sectores más
afectados. Asimismo implementar medidas para reducir y redistribuir la
sobrecarga de trabajo que pesa sobre ellas.
-Involucrar a las
mujeres en la elaboración y planificación de programas y proyectos, como así
también en la toma de decisiones en sus comunidades.
-Garantizar una
adecuada respuesta por parte de los servicios de atención, prevención y
asistencia frente a los casos de violencia contra las mujeres y niñas.
Desde
el Defensor del Pueblo de la Provincia de Córdoba invitamos a renovar los
esfuerzos y compromisos asumidos para cumplir con el objetivo de garantizar una
vida libre de violencias y discriminación contra las mujeres, integrando la
perspectiva de género en todos los ámbitos de nuestra vida, con el fin de crear
una sociedad más igualitaria para todas y todos.