Con
el paso de los años el poder adquisitivo
de las personas disminuyó notablemente. En 2018, afrontar el costo
de los alimentos (Canasta Básica Alimentaria) implicó un porcentaje bastante
menor (75,91%) del SMVM. En septiembre de 2022, ese valor llegó al (100,12%). Es
decir que, en relación a los costos de los alimentos, este año hubo una gran pérdida en el poder adquisitivo con respecto al
2018, y una menor en relación al año anterior.
En
esta misma línea y si se considera a la Canasta Básica Total, el ingreso
promedio sigue quedando muy lejos de cubrir todas estas necesidades. Regresando
a septiembre de 2018 la CBT equivalía al 189,77% del salario, en 2022 esta
proporción tuvo un valor de 226,28%, lo que indica que actualmente se precisa
gastar más porcentaje de los ingresos para adquirir los bienes y servicios de
una familia que en años anteriores.
En
septiembre de 2023, la actualización interanual del SMVM queda
por debajo de los aumentos proporcionales de la canasta de alimentos y de la
canasta total. Para el mes tomado en cuestión solo en 2020 y 2021
los incrementos proporcionales del ingreso mínimo habían conseguido superar los
aumentos de ambas canastas.
En
términos porcentuales, entre septiembre
de 2022 y 2023, la CBA aumentó un 160,86% y la CBT un 151,62%; mientras que el
SMVM, solo el 130,47%.
En
conclusión, un hogar conformado por cuatro integrantes con este nivel de ingreso
($118.000,00), está por debajo de la línea de indigencia ($133.722,75,00), y de
la línea de pobreza ($291.515,59). Se precisan más de dos (2,5) SMVM para
cubrir los costos totales del hogar tomado como referencia.