¿Qué hacen los chicos de la calle?
La calle es el lugar donde chicos y chicas pasan gran parte de su tiempo y despliegan distintas estrategias de sobrevivencia y actividades económicas. Por esto no sería preciso decir que están en situación de calle, sino de permanencia.
La problemática del trabajo infantil en el año 2018 se ha profundizado de manera significativa. Con respecto al estudio del año 2016, el Instituto de Género y Promoción de la Igualdad de la Defensoría constató 17 NNA más que realizan actividades económicas en la calle.
Este año se relevaron 94 niños/as y adolescentes menores de 18 años. La mayoría de éstos son varones (6 de cada 10). El promedio de edad es de 10 años.
¿Con quién están?
Los niños y niñas más chicos permanecen en la calle en el lugar de acompañantes de los adultos de su grupo familiar que realizan las actividades de subsistencia y participan indirectamente de las mismas, mientras que los adolescentes lo hacen solos o con otros de su edad.
Esto guarda relación con las posibilidades de moverse con más autonomía, además con una clara distinción de género, ya que la calle representa un territorio mayormente masculino. Para las niñas puede significar mayor exposición a riesgos y peligros si se encuentran "solas" realizando actividades en la vía pública, particularmente durante la noche.
¿Qué hacen?
Las actividade sque despliegan en la vía pública son variadas, y muchas de ellas, por lo general, se combinan o se alternan. Predomina la venta ambulante de diversos productos: alimentos, golosinas, elementos de costura o higiene, entre otras. También desarrollan actividades que dependen de la colaboración voluntaria, como repartir tarjetitas. Otras actividades como limpiavidrios, abre puertas, cuida coches y cartoneo, a comparación de las dos anteriores, presentan porcentajes muy bajos.
¿Cuánto tiempo están trabajando en la calle?
La mitad de los chicos manifiesta que trabaja en la vía pública entre 6 y 10 horas diarias. Este dato demuestra la existencia de largas jornadas y pone en evidencia la dimensión de la exposición a condiciones de vulnerabilidad e insalubridad para los niños/as, lo que precariza las posibilidades de descanso, alimentación, higiene, esparcimiento, entre otras.
También pone en evidencia la centralidad que tiene el trabajo en sus vidas en condiciones de sobrecarga o sobreocupación, que probablemente impidan o limiten el disfrute a otras actividades como ser, el descanso, el juego, la recreación, las actividades escolares, entre otras.
¿Cuánto juntan?
Sostienen obtener como ingreso promedio $200 diarios, sin embargo algunos afirman juntar hasta $600 y otros no llegar a los $100.
Estos datos descontextualizados pueden generar una falsa impresión ya que muchas veces expresan solo "los mejores logros", no suelen tener en cuenta las condiciones climáticas, tampoco el cálculo de los costos de los productos que venden; ni de los gastos que implica el traslado de su hogar al microcentro y luego permanecer tantas horas en la calle, por ejemplo respecto a la alimentación.
¿Qué hacen con la plata?
Sobre qué hacen con lo que ganan, la mayoría reconoció que una parte del dinero lo comparte con su familia y otra parte es para ellos. Otro grupo sostuvo que le da la totalidad del dinero a su familia.
Entre los adolescentes, la mayoría afirma que las ganancias son solo para ellos y entre sus gastos y consumos cotidianos manifestaron que se compran ropa, zapatillas, bebidas, cigarrillos, entre otros. Esto permite inferir que mientras más años tiene el NNA, el dinero está mayormente destinado a afrontar gastos y consumos propios.
¿Dónde comen?
La mayoría come en el mismo ámbito de la calle, conjuntamente con las actividades laborales.
El 62,5% de los chicos y chicas dijo que accede a 4 comidas diarias y un 17,5% come tres veces al día. El otro 20% come dos veces o sólo una vez al día. El tipo de alimentación a la que acceden muchas veces es un sándwich que, en la mayoría de los casos, se compra en el centro. Otras veces suelen recurrir a pedir la colaboración de transeúntes, clientes y/o comerciantes.
Es muy bajo el porcentaje de los chicos que recurren a comedores o desayunadores. Otro dato relevante es que más de la mitad de estos chicos almuerza mientras realiza sus actividades laborales en el microcentro.
¿Qué les gusta hacer?
Se les consultó sobre si les gustaría hacer otra cosa que no sea trabajar y el 43,5% respondió que sí. Con respecto a los que respondieron que no (10%) y quienes no contestaron nada (47,5%) puede interpretarse que las condiciones socioeconómicas en las que se encuentran, influyen en la posibilidad de pensar otras alternativas de vida acordes a su edad. El trabajo aparece como una práctica necesaria y naturalizada que puede dificultar el reconocimiento de otras actividades vinculadas directamente a sus intereses y deseos.
El 65% de los NNA relevados acude actualmente a la escuela, por lo que la mayoría combina ambas actividades. Así que el tiempo libre es casi siempre escaso y sus actividades recreativas las desarrollan por lo general al final de la jornada.
Todo esto conlleva a que no cuentan con suficientes espacios de descanso, recreación y juego, derechos fundamentales para el pleno desarrollo de la infancia.
Y el uso del tiempo libre que les queda es variado y heterogéneo. Llevan a cabo actividades de esparcimiento y recreación grupales o individuales. Entre las más importantes están: jugar al fútbol, juntarse con amigos, jugar a juegos, videojuegos a través del celular e ir al cyber. La mayoría de estas actividades se desarrollan en espacios públicos del barrio en donde viven, a diferencia del espacio público del centro, que generalmente se lo representa como el laboral.
Otras de las características que tienen las actividades de esparcimiento en esta población es que en la mayoría de los casos no está presente la figura del adulto que habilite, promueva o regule los espacios lúdicos, sino que son los propios NNA que entre pares se autogeneran los espacios recreativos.
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Imagen de la nota: extracto de la obra de Berni Juanito Laguna aprende a leer, 1961. utilizada en la portada del Informe Niños, niñas y adolescentes en la calle 2018.